Desde el
organismo aclararon que, pese a haber objetos de valor, sólo fueron
sustraídos tres computadores, los que no contenían información sobre las
víctimas actuales.
Tomas González F.
Lunes 16 de diciembre 2019 13:58 hrs.
El Ministerio Público ya se encuentra
investigando el caso, no obstante, a través de un comunicado, la CChDH
aclaró de inmediato que esta acción no compromete de manera alguna la
confidencialidad de la información, que ya habían entregado cientos de
víctimas en los últimos meses para la interposición de distintas
querellas.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el presidente de la Comisión Chilena, Carlos Margotta, fue enfático en este punto.
“Queremos decirlo y precisarlo porque es muy importante, sobre todo para las víctimas, afortunadamente toda la información que se robaron y que estaba contenida en los computadores no tiene que ver con las víctimas actuales, respecto a testimonios, relatos que nos fueron entregados a nosotros para la elaboración de las querellas respectivas”, sostuvo Margotta.
“Esa información está, afortunadamente, alojada en equipos computacionales que se manejan fuera de la institución”, aclaró.
Por el contrario, la CChDH puntualizó que los archivos alojados en los equipos computacionales que fueron sustraídos desde la sede en Santa Lucía de la organización, dicen relación con documentos de la represión ocurrida durante la Dictadura cívico militar, material con el que se trabaja la Línea de Memoria de nuestra Institución. Sin embargo, dicha información se encuentra debidamente respaldada en discos externos, explicaron desde la institución.
En ese sentido, desde la Comisión Chilena acusaron que esta acción habría tenido una intención de amedrentamiento y de impedir el normal desarrollo del trabajo de defensa de los derechos humanos que desarrolla la organización.
“Lo extraño efectivamente, y que dista de ser un robo o delito común, es que no se llevaron otros objetos de valor que estaban muy a la vista y que perfectamente podrían haberlos sustraído”, insistió Margotta en conversación con este medio.
“Lo cual nos da a entender de que, efectivamente, sabían que lo que funcionaba ahí eran nuestras oficinas y lo que buscaban precisamente era, a través de el robo de nuestros equipos computacionales, amedrentarnos, hostigarnos e impedir el normal funcionamiento de nuestra tarea, que es la defensa de los derechos humanos y la defensa de las víctimas”, agregó el presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos.
A través del documento que publicaron momentos después del robo, la CChDH emplazó al Ministerio Público a que “hago su trabajo investigativo con la celeridad que amerita el caso, para que los tribunales puedan sancionar a los responsables”.
“Demandamos que el Gobierno cumpla con su obligación internacional de garantizar que todos los defensores de derechos humanos puedan realizar su trabajo sin interferencia de ninguna naturaleza”, manifiestan en el texto de la Comisión Chilena de Derechos Humanos.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el presidente de la Comisión Chilena, Carlos Margotta, fue enfático en este punto.
“Queremos decirlo y precisarlo porque es muy importante, sobre todo para las víctimas, afortunadamente toda la información que se robaron y que estaba contenida en los computadores no tiene que ver con las víctimas actuales, respecto a testimonios, relatos que nos fueron entregados a nosotros para la elaboración de las querellas respectivas”, sostuvo Margotta.
“Esa información está, afortunadamente, alojada en equipos computacionales que se manejan fuera de la institución”, aclaró.
Por el contrario, la CChDH puntualizó que los archivos alojados en los equipos computacionales que fueron sustraídos desde la sede en Santa Lucía de la organización, dicen relación con documentos de la represión ocurrida durante la Dictadura cívico militar, material con el que se trabaja la Línea de Memoria de nuestra Institución. Sin embargo, dicha información se encuentra debidamente respaldada en discos externos, explicaron desde la institución.
En ese sentido, desde la Comisión Chilena acusaron que esta acción habría tenido una intención de amedrentamiento y de impedir el normal desarrollo del trabajo de defensa de los derechos humanos que desarrolla la organización.
“Lo extraño efectivamente, y que dista de ser un robo o delito común, es que no se llevaron otros objetos de valor que estaban muy a la vista y que perfectamente podrían haberlos sustraído”, insistió Margotta en conversación con este medio.
“Lo cual nos da a entender de que, efectivamente, sabían que lo que funcionaba ahí eran nuestras oficinas y lo que buscaban precisamente era, a través de el robo de nuestros equipos computacionales, amedrentarnos, hostigarnos e impedir el normal funcionamiento de nuestra tarea, que es la defensa de los derechos humanos y la defensa de las víctimas”, agregó el presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos.
A través del documento que publicaron momentos después del robo, la CChDH emplazó al Ministerio Público a que “hago su trabajo investigativo con la celeridad que amerita el caso, para que los tribunales puedan sancionar a los responsables”.
“Demandamos que el Gobierno cumpla con su obligación internacional de garantizar que todos los defensores de derechos humanos puedan realizar su trabajo sin interferencia de ninguna naturaleza”, manifiestan en el texto de la Comisión Chilena de Derechos Humanos.
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